Escucha. Solo escucha no hables no pienses ni me mires si no quieres, no intentes interrumpirme ni huir de mis palabras. Siéntate, échate o quédate de pie. Solo escúchame.
Es muy tarde para volver atrás, losé. Sé qué me advertiste, que todavía era muy pronto para esa fase, que no lo soportaría. Fui egoísta e hipócrita. ¿Pero qué quieres después de estar rodeados de gente que solo sabe mirar un dedo más que su puñetera nariz?
Solo eran personas, personas comunes, o eso creía yo. Personas con mundos diferentes, con situaciones diferentes. Nada tenía porque salir mal, nada tenía que alterar nuestro mundo. Nada. Pero sucedió. Como quien ve amanecer sucedió, entro ella, imponente, cabalgante, indiferente. Y PUM. Cada palabra que salía de esos robustos e intolerantes labios era una espada en el corazón de un pobre inocente, cada mirada un latigazo y cada suspiro un disparo directo a la sien, PUM. Que tontos somos verdad, allí todos cual buitres esperando a la carroña. Yo pensaba que era fuerte, de verdad, lo pensaba. Pero son sigilosos, se meten dentro de ti, poco a poco. Poco a poco. Tan lentamente como el hielo se derrite en la sombra. Y te atrapan. Cánones, opiniones, dudas, estilos, formas. Todo como ellos quieren, todo como ellos desean, y quien no lo cumple PUM. ¡Humanos no son nada sin su sociedad, si su jefe al mando y sus reglas sociales! Y si no te das cuenta, te conviertes en uno de ellos.
Tuve que haberte hecho caso, creer en tus palabras cuando decías que no podría con ello, demasiado para mi cabeza. Demasiado para mis odios…ojos…nariz. Las imágenes todavía circulan por mi mente cuando cierro los ojos y me relajo, están ahí, dentro, en mí. No entendía nada… nada tenía sentido hasta….. entonces.
Entonces llegaste tú.
Una mota blanca entre tanta impureza. Llegaste tú y me salvaste. Creo que no he tenido tiempo de decirte gracias. Bueno tiempo sí, valor no. Por eso te he pedido que solo escuches. Gracias, por abrirme la mente, por las ilusiones establecías con reglas indescriptibles, por los lugares a los que viajamos sin movernos el uno de otro. Pero gracias por sacarme de ahí, por advertirme a no entrar pero dejarme experimentar. Gracias por sacarme de un mundo lleno de mentiras y reglas sociales, un mundo de hipócritas y víboras de dos piernas, lleno de prejuicios y reglas. Un mundo donde la libertad solo se encuentra en el diccionario
By J.Frambudaf.
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Sed Felices.