Despertar de la madriguera y despejarse de ese sueño.
Hace mucho que no me
enfrento al blanco. Demasiado. Parece que he perdido el enlace mente- dedos.
Quizás se pelearon y hace poco han hecho las paces.
Si es así me alegro. Hacía tiempo que no miraba dentro de
mis entrañas, donde soy quién soy sin tener que ser quien quieren que sea. Sentar
mis dedos a (exteriorizar) mis pensamientos. Perdida en un camino de corazones
y flores, enredada en abrazos y besos, deseando ver la oscuridad que había
olvidado.
Demasiada luz ciega. Demasiado amor desamora.
Echaba de menos esas horas escuchando mi mente y creando
párrafos a través de sus reacciones. Horas de constantes idas y venidas, de
borrones. De sorprenderme en palabras y sentirme en frases. De ser y dejar
ver. Conectando con los cuatro
elementos. Un suspiro en letras
Realidades.
Quizás la in-dependencia necesitaba un capítulo entero para
ella. Mi total atención. Y ahora, una vez asentada deja hueco a mis fantasmas
del pasado para adentrarme en mi otra vez. Volver a lo que fue en una versión
2.0.
Despertar de la
madriguera y despejarse de ese sueño.