Ocultos en este mar. Sintiéndonos como piedras, dejando
que su suave roce toque nuestro robusto exterior. Impasibles ante el oleaje,
ese mismo oleaje que nos va desgastando, haciéndonos cada vez más y más pequeños,
llevándose parte de nosotros y finalmente desapareciendo en él. Motas de polvo
entre un millón. Del todo a la nada.
Saltar del mar a la arena. Impedir el desgaste inherente, relentizar su
llegada. Y volvernos contra la corriente, obsevando como la marea, se lleva
aquello que siempre tuviste. Aquello por lo que luchaste, donde estuviste y
creaste.
xxx
J.Frambudaf